Pero este mito se debe a una manipulación y tergiversación de las verdaderas ventajas y beneficios de los productos integrales para nuestro cuerpo. Los alimentos integrales aportan una mayor cantidad de fibra que los alimentos refinados, pero las harinas y cereales integrales cuentan con calorías similares a los alimentos comunes, por lo que nos aportan la misma energía y engordan de la misma manera que los productos refinados. Sin embargo, si es cierto, que este tipo de alimentos sacian más que los refinados, y esa es la razón por la que se añade en la mayoría de las dietas para adelgazar, además de los fantásticos beneficios que ofrece a nuestra salud, como es mayor fibra, reducción del colesterol o mejora del transito intestinal.
El ejercicio físico aumenta el hambre
La excusa usada por muchas personas perezosas ante el hecho de hacer deporte defendiendo que esto causará que su apetito aumente y vayan a comer más de lo habitual tiene los días contados.
El ejercicio si da hambre, ya que al practicarlo, por la perdida de energía y calorías, el cuerpo pide alimentos, pero no más del necesario. Es más, con la práctica continua de ejercicio, al ir perdiendo peso, cada vez nuestro cuerpo necesitará menos energía, y así menos alimento, por lo que disminuiremos la comida que ingiramos.
4 comentarios:
Los alimentos con fibras no es que no engorden, sino que nuestro organismo no puede digerirlo por lo que limpian y arrastran toda la mierda del intestino y aumenta el volumen de las heces.
El resto de compuestos no fibrosos de los alimentos se absorben igual que si no fueran integrales.
Gracias por tu aportación Teo :) Muy interesante, ¡Siempre nos gusta ver gente participativa!
El ejercicio físico sí da hambre. Los estudios sobre la saciedad o presencia de hambre son muy recientes, si bien es cierto que a largo plazo con ejercicio regular una persona es capaz de reducir la ingesta en las comidas (por la pérdida de peso necesitaremos menos alimento en los procesos metabólicos), el apetito es un tema a parte en la ingesta. Es un proceso hormonal a nivel del hipotálamo, intervienen muchos neuropéptidos diversos, entre ellos la leptina, que se sintetiza a nivel del tejido adiposo. Cuando realizamos un ejercicio físico, se crea una cascada hormonal que como consecuencia, provoca la sensación de hambre.
En resumen, es cierto que el ejercicio da hambre, pero es falso que el ejercicio aumente la ingesta de alimento, a largo plazo, la disminuye por la pérdida de peso.
Muchas gracias por tu comentario Desenkadenado. Tenemos en cuenta tu información. Un saludo ;)
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